De vuelta a los respiros


 

Después de un verano intenso y caluroso, volvemos a la carga con las pilas  cargadas para ésta temporada 2021-2022

Y como las anteriores temporadas, recuperamos nuestra actividad de fin de semana. Una actividad que permite que las familias puedan realizar otras actividades que durante la semana les son más difíciles y puedan conciliar la vida socio laboral con la vida familiar.

El fin de semana del 15 al 17 de octubre volvimos a la carga a nuestra actividad del fin de semana. Una vez preparados y con las maletas cargadas en el autobús, nos dirigimos al pueblo de Cercedilla. Un pueblo situado en la Sierra de Madrid, muy cerquita de Segovia.

Nada más bajar del autobús, puedes apreciar el aire puro y la tranquilidad del ruido. El rio suena fuerte y la temperatura desciende unos grados.

Después de preparar las camas y tener una cena calentita nos disponemos a hacer una velada hasta que poco a poco, los participantes van entrando en un estado de sueño. La noche se acerca y queremos dormir.

Después de llenar los estómagos con un riquísimo desayuno, nos adentramos en las rutas marcadas y señalizadas que albergan los caminos de la comunidad. Subidas, bajadas, más subidas, y más bajadas. Pasamos una linda mañana rodeada de naturaleza.

Una vez llegados al albergue y después de comer, damos paso a una pequeña relajación para que los cuerpos vuelvan a coger fuerza para la tarde.

Una vez recuperados, nos toca continuar con nuestro fin de semana, y por primera vez, hacemos una actividad nueva que, con mucha fuerza y entusiasmo, caló en nuestros participantes. ¡LAS TIROLINAS!!!

Cascos puestos, arneses fijados, mosquetones asegurados…y a la carga!. Con risas y aplausos, cada participante bajada por la tirolina queriendo repetir.

Después de una tarde de emociones, toca volver a la calma. Llegan los aseos, las duchas y un rato de tiempo libre.

La cena entra como agua de mayo, una rica sopita hace que el agitado día se vaya notando y poco a poco, los participantes van pidiendo ir a la cama para entrar en un sueño profundo. 

El domingo por la mañana, volvemos a desayunar y coger fuerzas, aún nos queda la mañana del domingo. Dejamos preparadas las maletas y nos adentramos en las profundidades de la sierra madrileña. La lluvia del sábado por la noche hace que los olores de la naturaleza entren con más tiento en nuestro cuerpo. Vemos a los excursionistas con sus cestas buscando setas y níscalos, esperemos que haya suerte. 

Grupos de gente sale a las rutas y nuestros participantes interactúan con ellos.

Ojo! Aten a sus perros, no hay hocicos y orejas que no quieran ser tocados.

Volvemos a la ciudad de Madrid algo cansados, pero emocionados por ver a nuestros seres queridos y recordando cómo ha sido el fin de semana.

Deseando que llegue la siguiente.

 


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